QUIERO AGUJETAS CON TU NOMBRE
Aquella
mañana Javier se sentía eufórico, al fin una mañana de madrugada se sentía tan
pletórico y con deseo de ir al trabajo. Había estado ilusionado más de dos
meses a que llegara ese día señalado en rojo en su calendario. Se subió a su
Ford Fiesta y el camino que le separaba de casa al hospital se le paso en un
plis plas sumergido en sus tórridos pensamientos.
Aparcó el
coche con soltura en el aparcamiento del patio trasero del hospital y encaminó
sus pasos de manera alegre y jovial como nunca antes había hecho o al menos en
los últimos meses camino de su trabajo. Joaquín el guardia de seguridad que lo
vio entrar con su alegría pintada en la cara le espeto, -Javier has dormido
calentito con tu marido esta noche verdad? Ya te dije que hicieras las paces con
él que seguro te la clavaba hasta el fondo….
Joaquín soltó una sonora carcajada que no afectó lo más mínimo el ánimo
de Javier. Javier lo miro con cara de no conocerse de nada y lo dejo detrás de
sus pasos sin ofrecerle una respuesta, como hacia cada mañana a cualquier
sandez de Joaquín. Se encaminó con su felicidad jovial hacia el ascensor y miro
su reloj. Se inquietó por dentro como un
adolescente al observar que llegaba diez minutos antes de la hora. Necesitaba
llegar antes que ella si quería que el factor sorpresa hiciera el efecto
deseado.
Rápido se presentó
frente a su taquilla y se desnudó para colocarse su pijama blanco y reluciente
planchado para la ocasión. Se froto su pecho y acaricio sus musculados
pectorales y se sintió seguro de sí mismo. Se sintió en paz consigo mismo y
renacido. Ya no era la sombra que era meses atrás y que hizo que ella no
quisiera saber de él, cosa que lo lastimó de manera cruel.
Se perfumo y
dejó que el aroma de su cuerpo aderezado con su perfume, purificara el fétido
olor del hospital con su afrutado y aromático olor, para que ella pudiera
distinguirlo sin equivocación en el vacío de los solitarios a esas horas
pasillos de su planta. Se calzo sus zuecos blancos y se encaminó a por el
primer café de la mañana. Se quedó pensando con la taza en la mano blandiéndola
en el vacío de la estancia donde se encontraba, absorto, mientras se recostaba
sobre el mueble encimera que sostenía la cafetera. Se preguntó; como habrían
pasado esos dos meses y medio para ella, ¡si seguiría con su ardor de siempre
intacto o no!, ¡si sus pechos habrían notado la ausencia de sus manos expertas!,
¡si sus labios habrían pronunciado su nombre de manera furtiva o de manera consciente!,
¡si sus manos habrían acariciado su cuerpo rememorándole!, ¡si su propio sabor
se habría adherido para siempre en cada centímetro de su piel!, ¡si en silencio,
su cuerpo lo habría llamado a voces sin él saberlo! María entro súbitamente y
lo sacó de sus ensoñaciones y preguntas sin respuestas. – Menudo pajarraco
estas tu hecho, nunca usas ese perfume que nos vuelve locas a todas y justo
cuando va a aparecer tu pichoncita te pones hasta el culo de él, me pareces
patético, pero como me vuelve loca ese olor tuyo, te voy a perdonar y te voy a
obligar a que me sirvas un café como el que te estas tomando- y rió de satisfacción. Esbozo una maliciosa,
esplendida sonrisa blanca y perfecta. María era una menuda y pequeña mujer de
cincuenta y muchos años, pero tenía ese encanto que muchas mujeres de su corte
tienen y que ni el, ni la más oportunista pueden hacerle desbancar de ese
torbellino y encanto atractivo que arrastran las de su clase. Javier la
complació y rieron juntos los dos ante la ocurrencia de María.
La voz de
ella, que se oía venir por el pasillo, desarmo a Javier. Apretó con sus manos y
con todas sus fuerzas el filo del mueble que lo soportaba presa de la zozobra y
el nerviosismo y huyó. Giró sus pasos hacia la izquierda y salió de incognito
por la oficina del servicio a hurtadillas. La voz de Nilly sonó rotunda en el
silencio que se fraguo alrededor de la cafetera “Hacia tiempo que no olía el
hedor a hombre cobarde” Todas las que acompañaban a Nilly al redor de la
cafetera contuvieron la risa, excepto María que espeto –“No sé para que ese moñas
nos ha vuelto locas a todas con su perfume y ahora se va como una maricona”.
Todas rieron sin consideración ante el descaro de María, Javier mientras huía
del lugar no pudo retener tampoco la risa y se dijo para sí que todo iba como
él había imaginado. Aunque algo lo agitaba, había algo que aún le quemaba por
dentro, un miedo en modo de inseguridad que le hacía daño en el estómago y no
conseguía aplacarlo. Resolvió hacer la primera ronda de pacientes y se encamino
hacia la última habitación.
Para Javier
no había nada más importante que sus pacientes y una vez que se aplicaba a sus
quehaceres, se entregaba en cuerpo y alma. Su agrado, su simpatía y su
profesionalidad sobre salía a la de los demás sin desmerecer a ninguno de sus
compañeros. Javier disfrutaba ayudando y evitando el sufrimiento ajeno. Se le
paso media mañana entre pacientes y compañeras, pero ni rastro de Nilly, se
dijo que seguro que el Dr. Agustín la había acaparado para él y su ronda de
visitas a sus pacientes.
A eso de
media mañana tuvo que acercarse hasta el almacén para aprovisionarse de
distintos tipos de materiales que precisaba para hacer sus funciones, absorto
como estaba en el acopio de los diferentes productos, no se percató de que una
figura femenina se le acercara por detrás. Le agarro con firmeza y decisión su
miembro y se susurró al oído. -¿Este es el recibimiento que se merece mi coño? ¿Crees
que me merezco solo el saludo de tu aroma? Que sabes que me pone caliente como
una perra ese olor tan tuyo… ¿Qué tal anda este hijo de puta que tengo en mis
manos? Apretó con más fuerza el pene de Javier y Javier reacciono inclinándose
un poco por el dolor ante el ímpetu que Nilly le estaba ejerciendo en su pene.
Si sigues como haces cuatro meses atrás, no quiero saber nada de él ni de ti.
Nilly mordió con rabia el cuello de Javier y se alejó sin que él pudiera mediar
una palabra. El mordisco produjo un escalofrío, un dolor indescriptible en su
cuerpo y en el ánimo de Javier aquellas palabras espetadas sin compasión que lo
descuadro por momentos, pero se repuso, volvió a armarse de nuevo de serenidad
pasado un tiempo y se calmó.
Aquellas
últimas palabras de Nilly se le clavaron con dolor en el alma y el recuerdo de
aquellos días se le instauraron en su pecho en forma de angustia. Recordó como
de manera casi imperceptible se fue obsesionando con la ausencia repentina de
erección y en la dificultad de llegar al orgasmo, hasta el punto de no desear
tener sexo. Nilly estuvo dos meses sin hablarle porque ya sabemos cómo son las mujeres
decía Javier a sus amigos y ella creía que había otra o que ya no la excitaba.
El caso es que Javier empezó a caer en una espiral de desasosiego que lo fue
apagando poco a poco.
Pero eso, ya
había pasado, ahora era otro Javier y estaba deseoso de demostrárselo a Nilly,
quería demostrarle que todo había vuelto a la normalidad. Termino de
recapitular las cosas por las que había ido y salió del almacén con nuevos
bríos y una seguridad pétrea.
Al salir se
encontró con Álvaro, el toca pelotas más engreído y más mal educado de los que
pululaban por el hospital. -Maricona, no veas como viene la Nilly, que cacho
tetas se gasta esa piba, ¿eh? Oye que avísame si ella sigue pasando de tu culo,
que yo le apaño ese cuerpo por ti! Se alejó con una sucia carcajada a la que
Javier no contesto. Pero sí que le perturbaron por un instante el ánimo, porque
sabía que medio hospital suspiraba con tener cerca a una mujer como Nilly,
aunque fuera para tomarse un café con ella. Se repuso rápidamente con nuevos
pensamientos.
Cuantas
horas de sexo se habían fraguado en aquellas salas, en aquellas camas, en
cualquier lugar de manera furtiva. Con ella aprendió el descaro y la osadía del
sexo arriesgado y a no reprimir el deseo de copular en el lugar que fuera, a
ojos de todos y a escondida del mundo………….
Así entre miles
de pensamientos y recuerdos se le paso el primer turno, todo paso rápido entre
pensamientos lascivos y pacientes. La tarde siempre se suponía más tranquila,
así que se relajó y se fue a comer con Alba, Mandí y Oscar. No quiso tomar café
con ellos y se subió a la planta a relajarse escuchando el último disco en su
reproductor de mp4 de Dark Tranquilly. Se sentó frente a la ventana, donde solo
podía contemplar el cielo azul que la altura de su planta le regalaba, vaciar
su mente y no ver nada más que perturbara su visión. Las distorsiones de las
guitarras y la voz gutural del cantante de Dark Tranquillity lo relajaban, cada
segundo de aquella música en apariencia agresiva, iban arrancando de dentro de sí,
cualquier resto de dolor, rabia e ira que pudiera haberse instaurado en él, se
iba sintiendo liberado y leve a medida que las canciones corrían por sus oídos
y se sintetizaban en su cerebro. Sin previo aviso una mano cálida y suave se
encontró con su mano izquierda. La sensación fue tan placentera que por un
instante no quiso mirar quien lo había asido de la mano para no llevarse una
decepción. Nilly se inclinó a la vez que se agachaba hasta la altura donde se
hallaba sentado y lo miro con esos ojos a los que Javier jamás pudo resistirse.
Ella lo incito a que se levantara y la siguiera con un gesto de su mano y con
una mirada cómplice e irresistible. Javier se deshizo de sus auriculares y la
siguió en silencio agarrado a su mano suave y cálida. Él sabía de sobra hacia
donde lo llevaba Nilly. Un nudo de nerviosismo y excitación lo amarraron por
dentro, pero se dejó llevar. La mano derecha de Nilly abrió la puerta del
reservado a enfermeros de la planta y coloco el distintivo que alertaba a todos
que ellos estaban dentro. Por unos instantes el tiempo se detuvo para los dos
amantes. Se miraron en silencio deseándose como dos adolescentes que se citan
por primera vez. Javier casi se le sale las lágrimas al contemplar a esa mujer tan
hermosa, esa mujer que tanto deseaba y que tanto había sufrido por su falta. Su
belleza lo desarbolaba y su aura desprendía el deseo más arrebatador que Javier
podía experimentar. Nilly se acercó a él y le agarro la cara con sus dos manos,
con suavidad y lo acerco a sus labios. -Cuanto he deseado estos besos, Javier.
La carne de tus labios, el calor de tu boca, el dulzor de tu saliva en mi boca.
Nelly le hablaba sin parar de besarlo y Javier se dejaba hacer en silencio,
pero con complicidad. El ambiente se iba calentando por momentos y ya nada
podía hacer que no sucediera lo que iba a suceder, porque ellos dos así lo
habían propiciado mucho antes de que se vieran ese día.
El pelo
castaño y largo de Nilly oscilaba en el aire mientras cambiaba de posición para
besarlo desprendiendo e inyectando en el ambiente todo el dulzor que este
contenía y que a Javier tanto excitaba. Javier abrazo con pasión el cuerpo de
Nilly y Nelly se estremeció y se gustó ante el gesto de Javier. La lengua de
Javier se asalvajo y comenzó a lamer el cuello de Nilly -Ahhh, si Javier,
cómeme, lame mi cuello. Nelly gemía a cada lametón de Javier. Notaba como todo
su cuerpo se endurecía, podía notar como sus pechos se iban inflamando debajo
de su pijama blanco y bajo su nuevo sujetador que los oprimía. –Madre mía, como
tienes esta polla de dura Javier. Nelly acaricio con frenesí el paquete de
Javier y Javier se empalmo más aun de lo que estaba. –Cuanto tiempo sin
sentirte, sin olerte, sin comerme esa polla tan rica. Hoy quiero que mis
agujetas tengan tu nombre y lo beso con pasión airada. Quiero que mi coño
chorree por ti, quiero que lo trates, lo maltrates y lo inundes de orgasmo como
siempre supiste hacerlo. Cogió la mano de Javier y la metió en su pantalón,
bajo sus braguitas, en su coño rasurado. Javier se excito al notar la humedad
del coño de Nilly y Nilly gimió al sentir los dedos de Javier acariciando su
vulva. Mi coño quiere tu polla, mi boca quiere tu polla, mi culo quiere tu
polla y me la vas a dar, decía Nilly mientras desprendía a Javier de la parte
de arriba de su pijama blanco. Se extasió al ver el torso lampiño de Javier y
se excito. Ya no era ella, ya había perdido el control de su consciencia, ahora
era otra Nilly la que la dominaba. Abrió lo más que pudo su boca y se metió el
pezón derecho del pecho de Javier en la boca, como si fuese a tragárselo de una.
Lo chupo con delirio y pasión y Javier gimió. Nelly abarcaba con sus manos la
cadera prieta de Javier, notaba el balanceo de rápido y agitado de su
respiración en su estómago mientras bajaba del pecho hacia su ombligo con la
lengua. El aroma que desprendía el cuerpo de Javier la iba hipnotizando por
momentos. El calor que irradiaba todo su ser, la calentaba por dentro. – Ahora
voy a comerme toda tu polla y me voy a atravesar la garganta con ella. Javier
al oír esas palabras pronunciadas con ese tono lascivo se excito más. Agarro
con descaro el pelo de Nilly y la obligo a pegar su cara a su pubis aun vestido
por la parte de abajo del pijama. Nilly en cuclillas como estaba, con
parsimonia coloco sus dos manos sobre la cintura del pijama blanco de Javier y
con decisión y lentitud fue bajando el pijama blanco. Pronto pudo sentir en sus
fosas nasales el agradable y punzante olor que el miembro de Javier iba
desprendiendo y la humedeció al instante. – Dios mío! Cuanto he deseado tener
este pedazo de verga en mis manos, en mi boca y lamerla como te la voy a
lamer………… El pijama bajó hasta las rodillas de Javier. Nelly contuvo en su
garganta un grito de placer al ver la gran erección de Javier, agarro su perfecto
pene con sus dos manos y comenzó a agitarlo con lentitud y cariño. Acerco su
cara al vigoroso miembro y comenzó a rozar su rostro con él y se dejó
embadurnar de su tibiez y todo su aroma antes de lamerlo con deseo y pasión. Se
recreó un instante antes de chuparlo y saco su lengua en claro gesto de deseo
voraz. – Quiero que te la metas hasta el fondo cariño, quiero oírte dar arcadas
de placer, así que métetela hasta el fondo. Aquellas palabras de Javier la
pusieron en órbita y se tragó el perfecto pene de Javier con ahínco. Su boca
comenzó a salivar de manera copiosa, la saliva corrió por todo el miembro
buscando la ingle de Javier. La boca de Nilly subía y bajaba de manera experta
por toda la erección de Javier, consiguiendo el efecto deseado y que no era
otro que excitarse con esa gran polla en su boca y darle placer a su hombre.
–Mi coño está que arde y está chorreando por ti, le decía sin parar de chupar.
De vez en cuando paraba y se recreaba en lo que tenía en su boca, pasaba la
lengua por todo el glande extasiándose a la vez que lo hacía. Su lengua moldeo
cada centímetro de aquella perfecta polla y sus labios implementaron un placer
que hacia gemir a Javier como un poseso. Nilly agitaba el pene de Javier en el
aire y lo masturbaba. Le encantaba sentir aquella polla en sus manos, caliente,
dura y la mamaba, la chupaba, la mordía y se excitaba. Javier con un gesto
certero de deshizo de su pijama y quedo completamente desnudo para Nilly, Agarro
la cabeza de Nilly y la obligo a tragársela hasta el fondo. Aquel gesto animal
la excito a la vez que la agobiaba, pero la ambivalencia de las sensaciones la
extasió y deseó por momentos tener más garganta para hacer acopio de aquella
polla entera en su boca. Los gemidos de Javier llenaron el silencio de la
habitación y su voz musicalizaba el ambiente. Vamos cariño, mámamela hasta el
fondo, así, así, así es como me gusta, y mientras la obligaba a chupar más
duro, más adentro, más sucio. Los dos estaban fuera de sí, los dos estaban en
otro nivel de consciencia. Javier fuera ya de si, agarro a Nilly por la cintura
y la incorporó, con un gesto felino. La desnudo súbitamente, sin ni tan
siquiera percatarse de la lencería que Nilly había traído exclusivamente y
concienzudamente para él. Pero a Nilly no le importo y sin darse cuenta, ya
estaba indefensa ante su propia desnudez. Javier la agarró con un abrazo y la
sentó en la mesa que había a la izquierda de la cama litera que decoraba aquel
cuarto y comenzó a devorarla con sus besos lascivos. –Dame tu boca que quiero
morderte esos labios de caramelo, quiero meterte la lengua hasta dentro de tu
ser. Y se fundieron en una espiral de besos tórridos y viciosos. Nilly gemía y
sentía como en su coño húmedo iba cada vez más fraguando una fuente de elixir
sagrado. Javier agarro sus dos pechos con ahínco y los apretó, ante el leve
quejido de dolor de Nilly, los soltó al instante y su boca hizo el trabajo que
mejor sabía hacer y era dar placer. - Comete mis tetitas y dame placer, quiero
correrme mientras me las chupas. Javier puso más ardor y chupo con fuerza y
soltura, los pechos de Nilly se endurecieron y se concentró en su placer y
orgasmo le sobrevino de manera inexorable. – Me corro Javier, me corroooo,
Nilly grito su orgasmo sin contemplaciones y Javier se creció. Con acelerada
pasión introdujo Javier sus dedos en el coño chorreante de Nilly para
concederle un placer pletórico en toda su vulva. Nilly se agarró a su cuello en
una contracción de placer y le mordió el cuello mientras él masajeaba su
clítoris. El orgasmo no tardo en explotarle en su inflamado clítoris y Grito; -Ahhhhh, Javier me estas volviendo loca x
Dios! Méteme ya esa polla en mi coño que chorrea por ti.
Javier la
recostó sobre la mesa en la que ambos amantes se encontraban y metió su cabeza
entre las piernas de Nilly y la lamio con efusión. Nilly al sentir la fogosidad
de la boca y la lengua de Javier en su coño se extasió. Se agarró de la mesa
como pudo para no caer del placer extremo que la boca de Javier le estaba
ocasionando y se dejó llevar por su placer. Ahhhh, Javier me estas matando de
gusto, no puedo parar de correrme x favor!! Ahhhhhh. Los gemidos y la lujuria
que envolvía la habitación hacía que ambiente destilara lujuria por las cuatro
paredes. –Ahora te voy a meter mi polla hasta el fondo Nilly, te deseaba con
todas mis ansias, con todas mis ganas. Se agarró la polla con las dos manos y
la hizo sufrir unos instantes antes de penetrar a Nilly. Rozo su enorme capullo
sobre el clítoris de Nilly a lo que ella respondió con un chorro de flujo,
fruto del orgasmo que el roce del glande produjo en su clítoris. Nilly se dejó
vencer por la fuerza del orgasmo tras un extenuado Ahhhhhhh. Pero pronto se
repuso, justo al momento de sentir como la gran polla de Javier la invadía para
llenarla de placer. Los dos cuerpos se acompasaron al ritmo de los movimientos
coitales que Javier le aportaba y se excitaban. Javier se extasiaba al ver como
su polla entraba y salía de aquel coño jugoso, precioso y depilado de Nilly.
Nilly, quiero que te corras con mi polla en tu coño! A lo que Nilly respondía,
- Quiero que me llenes el coño de leche Javier, inúndame toda por dentro.
Javier se excitaba más a cada momento y con cada palabra de Nilly. Nilly no
podía contener dentro de si todos los orgasmos que se le iba agolpando en su
coño y los expulsaba al exterior en forma de gemidos, alaridos de placer y
convulsiones de su cuerpo. Su cuerpo disfrutaba bajo aquella bacanal de lujuria
y placer que Javier le estaba concediendo. Javier con un gesto salvaje la
incorporo y la hizo recostarse sobre la mesa ofreciendo su trasero para él.
Javier la siguió penetrando de manera salvaje y placentera y ella se dejaba
arrastrar al mundo del deseo carnal y de la locura libidinosa. Que me gusta
meter mi polla en tu coño Nilly, me encanta hacer que te corra como una
condenada. – Ahhh, si Javier, cariño, dame fuerte, dame mas, dame con todas tus
ganas. El sonido de los dos cuerpos al chocar con violencia musicalizaban de
manera erótica sus oídos y la lujuria rebosaba por todos lados. Sus cuerpos
sudaban y brillaban por el exaltación del sexo. Javier la golpeaba una y otra
vez, una y otra vez y ella de perdía entre gemidos y placer. Javier se separó
por un instante de ella y con sus dos manos separo las dos nalgas prietas de
Nilly buscando con su lengua su orificio anal. Cuando Nilly sintió el placer
que la cálida lengua de Javier le producía en su ano le dijo. _ahhh, que rico
Javier, lame tu culito antes de fallártelo, así, así, cariño, lámemelo todo.
Javier comenzó a meterle un dedo por su culo y Nilly gimió de placer. _ Métemela,
métemela sin miedo, suave, pero métemela ya Javier, le espeto Nilly. Javier salivó
la punta de su polla y con maestría, dulzura y habilidad la penetro. Javier
noto como a cada centímetro de polla que le iba introduciendo en su ano, el
culo de Nilly se iba abriendo con suavidad para él y comenzó a bombearle
placer. Nilly a esa altura ya había perdido por completo la conciencia y su
cuerpo se perdió en un remolino de placer inmenso. –Sí, sí, sí, Fóllame, fóllame entera Javier, así,
así, dame más, dame tu pollita, fóllate mi culo. La polla de Javier se movía
con más vigor dentro de Nilly al oír esas palabras que Nilly le soltaba como poseída
por un ángel diabólico del placer, lo estaba volviendo loco y su tensión sexual
llego al límite soportado por él y se corrió dentro de ella. Él se perdió en el
placer de su orgasmo y se convulsiono tras el orgasmo. Me coooorrroooo, gritó
Javier. Nilly al sentir el borbotón de leche que le inundaba su culo y al oír
el gemido intenso de placer de Javier se corrió también ella, de una manera tan
enérgica que de su coño salió un chorro de flujo, que inundo los pies de los dos
amantes. Javier se recostó sobre la espalda de Nilly derrotado pero impregnado
por un placer inexplicable y Nilly lo acaricio como pudo con su mano izquierda
que era la que aun podía ejercer algún tipo de movimiento. Javier beso la
espalda sudorosa de Nilly y el aroma que su pelo desprendía, lo reconforto como
el olor de una madre para un niño. Nilly sin mirarlo dijo - el sexo contigo
es increíble, lamento estos meses de abstinencia. Pero el reencuentro ha
merecido la pena. Javier acerco su mano a la suya y la entrelazaron con fuerza.
Él no dijo una palabra, pero sonrió, se sintió feliz allí recostado en la
espalda de Nilly y se sintió el hombre más feliz del mundo. Notó como poco a
poco su polla iba perdiendo consistencia, pero no se preocupó. El momento
vivido se le quedo grabado para siempre como el fruto exótico del reencuentro
de dos amantes que se amaban y se follaban como nadie.